El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación como parte del Gabinete de Recontrucción1, ha tenido un papel poco protagónico para atender la “emergencia” ante las graves afectaciones vividas por más de 204,500 familias principalmente por Eta e Iota.
En el área rural, las y los campesinos se encuentran en condiciones de vulnerabilidad frente a la inseguridad alimentaria, la desnutrición crónica y el hambre, agravándose con las medidas tomadas para prevenir el contagio masivo del COVID-19 y por el paso de Eta e Iota, con la pérdida de cosechas, y diversos sistemas alimentarios.
El MAGA, ha tenido un recorte del presupuesto por Q451.99 millones, con un presupuesto vigente de Q1,313.41 millones ha ejecutado al 18 de agosto el 47.78% de los recursos.
El programa Apoyo a la Agricultura Familiar con un presupuesto vigente de Q525.26 millones ha devengado Q203.79 millones, el 38.80%.
En el programa “atención por desastres naturales y calamidades públicas”, creado durante el año 2020, para atender a la población afectada por el COVID-19, cuenta con un presupuesto vigente de Q148.34 millones, con una ejecución de Q113.34 millones (76.40% de ejecución).
El MAGA en lo inmediato debe asumir el papel de ente rector de la Política Agrícola e Hidrobiológica, impulsando la Política Nacional de Desarrollo Rural Integral, garantizando la ejecución de los recursos para la producción de alimentos priorizando a las y los campesinos de la Agricultura Familiar campesina e Indígena.
Con vigencia a noviembre del 2021, pero sin tener un papel protagónico en la reconstrucción del país.